«El diseño de este local se plantea actual y cosmopolita. Rompiendo la línea estética tradicional en este negocio, nos apartamos del ambiente marino tan explotado. Así, el principal protagonista es el producto, y nos deshacemos de los tan usados motivos ornamentales, como el ancla, las olas o el uso de los azules en todas su gamas.
Queremos innovar y sorprender al cliente, y para ello nada mejor que la simplicidad, aquello de ‘menos es más’.
La imagen contemporánea se ve matizada principalmente por el uso de los dos colores principales: el blanco (en abundancia), símbolo de limpieza y pulcritud, de orden y transparencia, y el negro (en pequeños matices), que inspira elegancia y seriedad. Todo ello bañado de luz, generada por el metal (en este caso el acero, tan necesario para nuestro negocio), la cual nos aporta la armonía estética que nos faltaba, favoreciendo en la zona de trabajo la rapidez y limpieza que son tan necesarias.
Sólo queda un material, el cristal, en todo su esplendor: grandes planchas curvas de cristal en forma de vitrina, favoreciendo la conservación del producto y suavizando, a su vez, la sobriedad del entorno.
Arquitectónicamente, el local se plantea como dos espacios diferenciados: el reservado al producto fresco, una amplia bandeja refrigerada a temperatura constante de 1º C, y el otro, que representa la gran innovación de esta empresa y la gran apuesta para el futuro, el expositor refrigerado de productos pre-elaborados, ubicado en un primer plano, para el cliente sin tiempo, más cerca, más fácil, comprar, calentar y listo.
Para la atención y preparación del producto pensamos en módulos individuales donde el trabajo es ágil, eficaz y meticuloso; incluyendo, a su vez, un cuidado sistema de recogida de restos. Nada se mezcla, el pescado se mima en espacios limpios y visibles.
En el estudio de la luz tenemos una única misión: facilitar la visión del producto, su aspecto, su frescura, su brillo. Para ello bañamos el local con grandes focos de luz fría; se trata de no perjudicar la conservación del producto, no generar calor aunque se plantee una gran intensidad de luz.
Queremos reflejar fielmente el estado de nuestros productos, sin miedo a que estén sobradamente iluminados.
Nuestro sueño se ha cumplido. Le brindamos al cliente la oportunidad de disfrutar de un espacio fresco y joven, atractivo a la vista y al paladar. No se puede pedir más.»
Todo tiene, por lo tanto, su por qué. Porque nuestra 'pescalidad' no es sólo una palabra. Es una forma integral de entender nuestro trabajo.